La compleja situación en el canal de acceso al puerto local tiene en zozobra a los portuarios en Barranquilla.

Se golpea la competitividad de la ciudad y las empresas del sector, señalan los expertos.

Era de prever la nueva crisis portuaria que se vive porque era algo que se  veía venir pues con las condiciones cíclicas que afectan al río para esta época del año, la alta sedimentación y las fuertes brisas.

Ya las consecuencias de cinco días sin dragado se sienten en la zona portuaria de Barranquilla y la situación puede empeorar por los fenómenos naturales mencionados. También sigue el riesgo de que siga disminuyendo la profundidad y aumenten las restricciones para las embarcaciones de gran calado. 

Ya es alto el sobrecosto en el transporte de carga que están asumiendo los empresarios por el desvío de embarcaciones a los puertos de Santa Marta y Cartagena.

De hecho, “ya hay seis que han tomado la decisión de aligerar, todo esto puede sumar cerca de 80 mil toneladas que se terminen perdiendo con unos sobrecostos, pérdidas en eficiencia que superan los 3 millones de dólares, con la situación como está hoy, quiere decir que si hay mayores restricciones, incluso los buques que hoy pueden entrar van a correr el riesgo de no poder entrar o  los buques que han “aligerado” y tienen que volver a entrar con un calado de 7.5, si se deteriora esto, van a tener que dejar más carga en otros puertos, o desviarse, y se pierde completamente esa carga”, afirmó el presidente de Asoportuaria, Lucas Ariza.

El sector portuario reclama una intervención de dragado urgente antes de que comience a operar el nuevo contrato.

Ahora el temor de los portuarios es que aumente la sedimentación hasta el punto de que, como aconteció hace en noviembre de 2021, ni una draga pueda ingresar a la zona portuaria.